DEDICADO A DEMASIADOS
Deja que la tierra revenga,
que vuelva a ser fango
para sacar de ella al primer hombre,
que chapotee la palabra
como una gota más de lluvia.
Déjala expurgar el pus,
que le hemos inyectado a mansalva.
Déjala zurcir el agujero de la crisálida,
escogerse caudales y sombras,
tener la libertad que cualquiera reclama.
Déjala separar vestido y herramientas,
plazos y términos
y no olvidemos que la medida del tiempo
es un artefacto minúsculo
en el cual insertamos nuestra brevedad.
¡Déjala, no quieras hacerla esclava!.