
TANTEANDO EL OLVIDO
La vida comienza en el olvido. Ese mundo libre donde los conceptos aún no han sido creados. Apenas la libertad campea a sus anchas en las almas de leche como plena existencia de la no-identidad. Y sin saber ni conocer se nos presenta un universo externo repleto de cosas, de materia tangible, de luces y colores, de sonidos, de olores, de gustos y disgustos que, inevitablemente, habremos de experimentar para futuros catálogos :
¿Quién eres tú ?
La pregunta es irrelevante entonces. Es interesante hacer marcha atrás en el recuerdo para percatarse de que, a partir de un acontecimiento determinado, la memoria tan sólo es una fractura, ni siquiera comparable a aquellos retazos de sueños que en vigilia intentamos atrapar y que, en el intento de recuperarlos, más aún se nos escapan.
¿Dónde se almacena la experiencia anterior a la memoria consciente?
¿Quién eres tú ?
La pregunta adquiere relevancia ahora. Justo cuando creemos ser alguien provisto de identidad propia. Justo cuando hemos olvidado la verdad del Sí mismo y presumimos de saber certeramente quiénes somos y para qué estamos.
Pero así como el hierro siempre regresa a su estado de origen, óxido, también la memoria consciente retorna a su fuente original, olvido.
...Cuántas veces, como Cernuda, hemos ansiado habitar el paraíso de la des-memoria... :
" Allá, allá lejos; donde habite el olvido."
Y no es tragedia ni infortunio ni cataclismo habitar donde el Si mismo mora orbitante en su perfección majestuosa, incólume, dormido apacible en su Reino, gozándose solo, para regresar a ser todo en el Ser.
¿Quién eres tú ahora ? Tal vez lo sabes.